Los meses de calor son los preferidos de los fabricantes de bebidas y, en ese contexto, es la cerveza la que aparece en el podio de los ganadores.
Es que el consumo de ese tipo de bebidas es la que mayor crecimiento tiene en la temporada de primavera-verano con respecto a la de otoño-invierno. Son casi once los puntos porcentuales que separan la penetración de las cervezas en la época de baja temperatura (47,7%) con respecto al que cosecha en los meses más cálidos (58,5%).
Esa brecha de crecimiento es mayor a los cuatro puntos que cosechan las gaseosas; los ocho de los jugos en polvo; los siete de las aguas minerales saborizadas, y los cinco de los jugos concentrados.
Según el análisis sistemático que realiza la consultora Kantar Worldpanel sobre la base de los hábitos de compra de 3.500 hogares a nivel nacional, las cervezas concentran en los meses de verano el 63% de su volumen anual. Las aguas saborizadas, por su parte, explican el 57% de sus ventas del año durante los meses calurosos.
Durante el verano, seis de cada diez hogares compran cerveza mientras que los jugos en polvo alcanzan el 82% de penetración. Por su parte, las aguas saborizadas son compradas por la mitad de los familias.
Pura espuma
Durante el año pasado, en la Argentina se consumieron alrededor de 1.840 millones litros de cerveza, lo que representó un consumo per cápita de alrededor de 44,5 litros por año. Esta cifra es la más alta entre todas las bebidas alcohólicas que se consumen en el país, ya que el consumo per cápita de vino ronda los 23,5 litros y entre los espumantes, amargos y fernet no alcanzan los 2 litros por persona por año.
Para llegar a estas cifras de consumo, la cerveza viene mostrándose como la bebida preferida desde hace varios años. De hecho, entre 2001 y 2003 se consumía en el país prácticamente la misma cantidad de litros de cerveza que de vino, mientras que en 2012 la relación es de 1 litro de vino por 1,9 litros de cerveza (casi el doble).
Uno de los motivos por los que la cerveza creció tanto en las preferencias de los consumidores argentinos es que desde 2003 las diferencias en la evolución de los costos (de producción y comercialización) con el vino fueron y son muy significativas, por lo que la evolución de los precios también fue muy dispar.
No obstante este exponencial crecimiento del consumo de cerveza, durante los últimos años (en particular luego de 2009), la tasa de expansión de la bebida se desaceleró sensiblemente y, de hecho, el año pasado el crecimiento anual del consumo doméstico fue de 1,5%, menos de la mitad de lo que había crecido en 2011. Claro que siempre se habla de cifras crecientes y en 2012 los 1.840 litros de cerveza que se vendieron, o los 44,5 litros por habitante, representan los mayores niveles de consumo desde que se comenzó a vender allá por principios de 1700
Para este año se espera llegar a los 1.860 millones de litros, algo más de 45 litros per cápita.
Los que pierden con la llegada del calor
Con las altas temperaturas, son las bebidas calientes la que retroceden posiciones. El café cae tanto por su pérdida de adeptos –baja más de 15 puntos su penetración– como por su disminución en el consumo. En cambio, la yerba mate mantiene sus seguidores: por un lado, alcanza el 95% de penetración, pero disminuye levemente su consumo.
En tanto, para el té se registra que casi 8 de cada 10 lo compran en los meses de primavera y verano, perdiendo 6 puntos de penetración versus los meses invernales.
La categoría sopas presenta grandes altibajos dependiendo la época del año: este segmento concentra más del 70% de su volumen anual durante los meses de invierno, disminuyendo tanto la cantidad de hogares compradores como su nivel de consumo en los meses de primavera-verano.
“En cuanto a los caldos, saborizadores y baking bags, a pesar de tener actualmente diferentes usos para saborizar y preparar todo tipo de comidas, también presentan una pérdida de peso en los meses de verano, más leve que la de sopas, concentrando el 60% de su volumen en los meses de invierno”, explican desde Kantar Worldpanel.
“Con la llegada de calor, algunos hábitos de los argentinos se ven modificados: aumenta la compra de varios productos de consumo masivo, mientras otros, como las infusiones, se ven perjudicados”, agregan.
Fuente: BAENegocios
