Las colinas de Imbabura presentan un nuevo color en sus paisajes: el dorado de las espigas de los campos de cebada. En realidad esta estampa estuvo muy presente en los años 70, cuando en el país se cultivaban en torno a 100.000 hectáreas de cebada. Su cultivo cayó drásticamente a causa de la enfermedad de la roya amarilla y la sustitución por otros cultivos. Hasta hoy las 35.000 toneladas de cebada que se necesitan para producir cerveza nacional son importadas de Argentina.
En 2009 agricultores de Carchi, Imbabura y Pichincha se asociaron con el Ministerio de Agricultura y con Cervecería Nacional para iniciar un programa de reactivación de la siembra de la cebada en estas zonas y recuperar esta tradición.
“Comenzamos en 2009, con 23 hectáreas y 15 agricultores. Actualmente, estamos cultivando 800 hectáreas, donde trabajan directamente unos 650 agricultores. Nunca podremos ser autosuficientes en la producción de cebada debido a la geografía de Ecuador. No podemos competir con las llanuras argentinas. La finalidad no es ésa, sino reactivar zonas agrícolas abandonadas y generar beneficios para el agricultor”, declaró David Grey, jefe de desarrollo sostenible y director del programa Siembra Cebada.
Contexto
La cebada es un cereal que se cultiva desde hace unos 15.000 años. Es el quinto más cultivado en el mundo (53 millones de hectáreas). Existen dos grande tipos de especies: una que se emplea para la elaboración de la cerveza, llamada ‘Scarlett’, que es una de las más conocidas, y otra que se utiliza como alimento para las personas y forraje para animales. La que se cultiva en Ecuador se llama ‘Cañipapa’.
El cultivo de la primera es complejo, no todos los países disponen de esas semillas y existe un estricto protocolo para su exportación e importación. De las 800 hectáreas cultivadas ahora en Ecuador, únicamente 100 corresponden a la variedad cervecera.
Difícil importación
“Recién importamos la semilla ‘Scarlett’ de Argentina. No es fácil porque se necesitan varios procesos de calidad y de legalidad. Estas semillas poseen una especie de denominación de origen. Ésta es la primera vez que plantamos esta semilla. Vamos a ver cómo evoluciona para luego incorporarla a nuestra producción. La otra especia, la ‘Cañipapa’, la cultivamos y luego la vendemos para producir arroz de cebada, afrechillo o bien pacas de tamo, para alimentar a los animales”, añadió Grey.
Reactivación de la tierra
Muchos agricultores han visto una manera rentable de dar uso a tierras que se encontraban abandonadas. Además, tienen la certeza de que venderán el 100% de su producción gracias al convenio firmado.
Cléver Perugache lleva más de 20 años trabajando la tierra: “Estamos cultivando 70 hectáreas entre tres personas. Hacemos dos cultivos al año. Estas tierras estaban abandonadas y ahora las aprovechamos. El programa de insumos nos ayudó mucho. Esperamos obtener unos 100 dólares por hectárea”.



Hola me gustaria saber donde puedo conseguir o con quien me puedo contactar para que me ayuden con semilla de cebada para sembrar en el Carchi Gracias.