El mundo busca que seamos iguales, que reaccionemos de una determinada manera a cualquier estímulo. Nuestro paso por la vida, en muchas ocasiones transcurre en una presión por transformar nuestras diferencias individuales en algo homogéneo y apto para la sociedad, donde quedar afuera es el limbo de lo social.
En la cerveza, excepto en pocas ocasiones, ha sucedido una homogeneización del paladar, principalmente liderada por los estilos lagers que abarcan el 80% del mercado mundial. Sin embargo, la cultura de la cerveza artesanal ha buscado en un acto de rebeldía, cortar esta homogeneización y por medio de la evocación al pasado a actualizado recetas y brindado nuevas opciones a los consumidores, quienes la han recibido con los brazos abiertos.
Ahora bien, nuestro mercado de la cerveza artesanal no para de crecer y como en todo crecimiento, también surgen opciones similares o idénticas. Por lo que lograr diferenciarse, también empieza a ser una necesidad, el construir una imagen de marca recordable y memorable, será los que nos lleve a crecer y triunfar.
La marca es la oportunidad que tenemos para que nos reconozcan y lo que nos ayudará a diferenciarnos de las otras alternativas. Porque básicamente, sin marca, no existimos.


