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El Mundial de Brasil va a ser una fiesta cervezal

Brasil es una plaza de mucho consumo en las competencias deportivas. En la Copa de la Confederaciones hubo una alta ingesta de cerveza, gaseosas, panchos y snacks.

Son litros y litros. El fútbol, en Brasil, se vive al ritmo del consumo. Por eso, las grandes marcas (Coca Cola en gaseosas; Brahma y Budweisser en cerveza) irán de la mano de la próxima Copa del Mundo. No hay más placer que tomarse una cerveza en la tribuna viendo un partido de fútbol. Resulta ser una combinación incomparable. Y, en la pasada Copa Confederaciones el ensayo se vio en todos los estadios. Pero ojo, consumirse una cerveza no será un placer accesible.

Recientes análisis dieron que la cerveza marcha primera en el ranking de consumo, preferentemente entre los hombres. Las mujeres y los niños abundan más en gaseosas y agua, aunque el sexo femenino ha incrementado el gusto por la bebida alcohólica en las canchas. Mientras, los niños corren el gasto hacia los snacks, las papas fritas y alguna bolsita de maní.

En todos lados. Desde la llegada a la cancha en cualquier acceso a los estadios brasileños ya hay puestos habilitados, con su correspondiente merchandising, de cerveza y gaseosas. Y los torcedores, a pesar de los precios, no se quedan atrás porque es parte de la cultura de cancha. Ya se incluye a lo largo del día la clara intención de tomarse una birrita o una gaseosa. En el interior de las canchas también hay puestos, grandes, bien armados con expendio constante de cerveza. Igualmente, la venta se corta antes de que se terminen los partidos.

Viene saladito. No se puede estimar qué valor tendrán los productos dentro de un año, pero a lo largo de la pasada Copa de las Confederaciones que se disputó sólo en seis sedes brasileñas y a lo largo de 15 días, los precios a groso modo fueron: por ejemplo, una cerveza nacional va de los 3,5 a los 4,5 dólares y en el caso de la importada hasta 6 dólares. Traduciendo a reales (cambio 2×1) hay precios de 6 reales, 9 y 12, de acuerdo al tamaño de las latas, desde la común a la “XL”. Y un café, que en la calle puede costar 50 centavos, en el estadio vale 2,5 dólares en el estadio Maracaná, de Río de Janeiro.

Para una botella de agua o gaseosa, hasta casi el mismo precio de una cerveza: 3 dólares.

y por si pica el bagre… En el caso de la comida, también los precios han sido altos, casi en determinados lugares desmedidos. Una bolsita de maní o papas fritas son 3,5 dólares y un sándwich son 6,5 dólares. Es decir que tomarse una cerveza grande con un pancho en un estadio puede sumar unos 20 reales (unos 10 dólares hoy). Pero, la cantidad de latas vacías y la acumulación de vasos hacen suponer que el mundial será una fiesta cervezal.

Análisis indican que la cerveza marcha primera en el ranking de consumo en los estadios brasileños y que las mujeres se acercan a los hombres.

Hombre. La vida es ella. Los hombres se anotan en gran cantidad para consumir cerveza mientras disfrutan del fútbol en Brasil.

Mujer. Más gaseosera, pero…Pero el sexo femenino va muy bien en los estadios y cada vez más con la cerveza. Gaseosa y agua, igual.

Niños. Muchas papitas. Los chicos se anotan en la comida con papas fritas, maní, helado y panchitos. Son más de la comida.

No lleve. Mucho antes de la llegada al estadio, toda comida o bebida es decomisada por la policía y los efectivos de seguridad. En inmediaciones de pocos estadios (en el Maracaná sí) puede consumirse bebida y comida a precios muy accesibles.

Para 10. Es lo que algunos estiman que sería el precio de la cerveza durante el Mundial de Fútbol. Dicen que el consumo se potenciará igual.

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