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La cerveza ganó el Mundial

Cuando falta poco para que la fiesta termine, los indicadores de consumo marcan que la demanda superó las expectativas y que el negocio ha sido redondo.

Goleadas, sufridas victorias, definiciones desde el punto del penal. Equipos que festejan hasta el llanto, equipos que lloran el regreso. Hinchas agitando banderas, rostros pintados, ciudades desbordadas.
El Mundial de Alemania ingresó ya en su recta final y aunque es difícil aventurar cuál de los seleccionados se quedará con la Copa, sí está claro que desde el comienzo mismo de la competencia hay un campeón: la cerveza.

Por estas horas las estadísticas le dan a la cerveza la corona de laureles, la consagración definitiva. Nadie pudo superarla, nadie siquiera tuvo la chance de robarle un empate. La espumosa bebida jugó de local, y en un país que elabora alrededor de 5.000 variedades la oferta estaba garantizada. Con miles de hinchas circulando por toda Alemania, la demanda también.

Muy atrás quedaron los días en que los organizadores dudaban acerca de la venta de cerveza en los estadios. Sepultada ya por victorias y fracasos yace también la polémica surgida dentro de las filas del país organizador, cuyos ciudadanos-bebedores vieron con malos ojos que la única cerveza a expenderse en las canchas fuera la estadounidense Budweiser. Pronto encontraron la solución: dentro del recinto tomaron esa, afuera bebieron de las suyas.

Según cuentan, los empresarios germanos sonríen de oreja a oreja porque estimando que se venderían unas 3,2 millones de entradas y cada espectador consumiría un litro per cápita, los ingresos por la venta de cerveza podría llegar a los 16 millones de euros, con un precio promedio de 5 euros por litro. Sin embargo, en áreas tradicionalmente elevadas de consumo, como Múnich o Dortmund, una jarra con un litro de cerveza puede salir 6 euros. Y hasta hay argentinos que juran haber tomado una Quilmes por 2 euros al salir de la cancha.

Pero no todo es ir al estadio. Aquellos que no consiguieron entradas o acaso no podían comprarlas por falta de recursos, tuvieron también su oportunidad para disfrutar de la fiesta. En algunos predios los organizadores instalaron pantallas gigantes, las cuales llegaron a atraer 11 millones de hinchas, que habrían consumido aproximadamente 2,5 millones de litros de cerveza y 1,73 millones de salchichas.

La FIFA y el Comité Organizador Local, organizadores junto a las sedes de estas fiestas de los aficionados, consideran un éxito su desarrollo, porque habían calculado que acudirían ocho millones de hinchas y, a mitad del torneo, ya se han desbordado esas previsiones en tres millones.

Abierto las 24 horas

Para los fabricantes y vendedores de cerveza la Copa del Mundo es una oportunidad que no puede dejarse pasar. La demanda sobrepasó hasta ahora todo lo esperado, y los brazos se multiplican en el afán por apagar la sed de miles de simpatizantes enfervorizados. Radeberger, elaborador de cerveza local, anunció a principios de esta semana que debió trabajar 24 horas para responder a la demanda.
«Lo que hemos escuchado de las fábricas de cerveza es muy, pero muy bueno», dijo Birte Kleppien, una portavoz de la asociación de fabricantes de cerveza. «Parece ser realmente generalizado», agregó. Asimismo, destacó que el grupo espera que el Mundial de Fútbol ayude a impulsar un alza en las ventas de las cervezas alemanas, las cuales actualmente venden alrededor de 8.400 millones de euros anuales, por primera vez en muchos años.

A esta altura del torneo muchas de los seleccionados cuyos hinchas son famosos por su consumo de cerveza han quedado eliminados. Sin embargo, dejaron huella en Alemania. Si los checos y los propios germanos se jactan de lo que marcan las estadísticas en materia de consumo por cabeza, un grupo numeroso de simpatizantes ingleses parecen haber desembarcado con el simple objeto de arrasar con todos los números.

Según informó el Daily Mirror, “la armada de hinchas ingleses” muestra a los alemanes cómo se bebe cerveza. Sólo en Nuremberg, unos 70.000 británicos consumieron 1.2 millones de pintas (1 pinta equivale a 0.57 litros) de cerveza, un promedio de 17 pintas por hincha, calculó el diario.

Bajo el título Beer We Go (Cerveza allí vamos), el periódico cita al barman alemán Herrmann Murr: “Nunca vi a nadie beber tanta cerveza en tan poco tiempo». Las opiniones no difieren: «Los ingleses ya son campeones mundiales. Nos dejaron prácticamente secos”, dijo también el responsable del comité organizador de Nuremberg, Peter Murrmann.

La fiesta del fútbol está terminando y los números cierran redondos. Al menos, en materia de cerveza no les pudo haber ido mejor. Por eso, aunque participaron 32 seleccionados y un total de 736 futbolistas, uno rubio y espumoso se ha consagrado por encima de todos. La cerveza alzó la Copa, se llevó el Botín de Oro y demostró ser el mejor jugador en todas las canchas.

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