in

Cerveza: una pasión que crece y abre oportunidades. Por Damián Martínez y Herman Schindler (UADE)

Docentes de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).

Los argentinos en el tiempo libre (el verano y sobre todo las vacaciones son la mejor expresión de ello) tendemos a reunirnos. Somos particularmente gregarios en el ocio: nos reunimos y entablamos largas conversaciones donde expresamos libremente nuestra especialidad en (casi) todos los temas del universo. Sin embargo, para encender la magia necesitamos un catalizador de preferencia bebible: mate (en todas sus variantes), fernet, vino, espirituosas varias (complete Ud. la lista) …

Pero hay una bebida que nos remite oníricamente a la espuma del mar, y que cada vez más reina en las reuniones sociales por estas tierras: la cerveza. Según un reciente informe, el 86% del consumo de cerveza local se da en compañía.

Más allá de las modas, la cerveza no es nueva por aquí: ya por 1869 Don Emilio Bieckert iniciaba la fabricación industrial del rubio elixir de su terruño alsaciano, en estas pampas (aun cuando no nos resulta tan fácil imaginar a Santos Vega o Juan Moreira acodados en el estaño, con una pinta de Pilsener o Ale). Más tarde llegaron los Otto (Bemberg y Schneider) y la industria de la cerveza local fue consolidándose, en un modelo donde el grueso de la producción era de tipo Pilsener (la típica rubia clara de consumo masivo) y casi como una excentricidad se elaboraban oscuras (Africana o Bock, raramente se veía alguna Red) en bajos volúmenes. Así llegamos a los 80´s con un consumo por habitante de 17 lts/año, muy lejos de los 100 a 150 lts/año del centro de Europa o de los más de 60 lts/año del resto de Latinoamérica.

Consumo de Cerveza hace 7 mil años, en Egipto y Persia. Fuente: Ministerio de Cultura de la Nación

Tras casi un siglo y medio de historia sin sobresaltos, llegó la ola del cambio: explotó el consumo en decenas de sabores, aromas y colores. Primero las variedades líderes en Europa y USA hicieron su irrupción. Luego la creatividad de los maestros cerveceros locales aportó notas inéditas: frutos y especias sumaron diversidad a la lista. Hoy, tanto a escala artesanal cuanto industrial, la tendencia es hacia la sofisticación.

Con un consumo que desde hace una década alcanzó en nuestro país los 47 lts/año, el sector se ha consolidado con una docena de plantas industriales de gran escala y más de 700 microcervecerías e inversiones del orden de los 1900 millones de u$s para el período 2016/2020, con la generación de 130.000 empleos. La cerveza por si sola suma más de 0,5 % del PBI local y su cadena de valor ha crecido casi un 600 % en los últimos 15 años, aportando unos 500 millones de u$s/año solo por exportaciones de cebada cervecera y malta (sus principales insumos).

Como todo crecimiento virtuoso, también genera oportunidades. El giro del mercado interno (el 99 % de la producción argentina de cerveza está destinada al mercado local) hacia un consumo más sofisticado no hace más que impulsar la demanda de ingredientes especiales para satisfacer esas nuevas preferencias. El ingrediente clave, la malta de cebada, es producido en nuestro país y exportado a la región. Pero la estructura industrial actual solo la produce de un tipo (Pilsen, ideal para cervezas rubias) en tanto se importan cantidades crecientes de “maltas especiales”, que son aquellas que se utilizan para generar otros colores, aromas y sabores: en los últimos cinco años sus importaciones crecieron en más de 10 veces, en tanto más que se duplicaron en el último período anual registrado.

Contamos con excelentes materias primas y un mercado (no solo local sino también regional) en sostenida expansión. Podemos producir maltas especiales de primera calidad localmente. Si sumamos el conocimiento y espíritu innovador de nuestros profesionales y técnicos a las necesarias inversiones productivas, podemos transformar el crecimiento en desarrollo y consolidar un sector pujante que aporte divisas a nuestra economía. Ahora. brindemos a la salud de ese futuro. ¡Y que crezca algo más que la espuma!

Fuente: elaboración propia en base a información del INDEC. Diciembre de 2019.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Presentamos Rhino Fizz, la nueva Sour Ale con guayaba, maracuyá y mango de Prinston

CABA: Menabrea, la cerveza con más historia de Italia llega a Cincinnati